Evolución de la educación superior

Por José Antonio Álvarez de Toledo, Vicerrector Académico de AIEP.

Instituciones “figitales”, en las que quien quiera aprender y formarse tenga múltiples opciones de estudio, más personalizadas gracias a las tecnologías y donde los apoyos financieros estatales no discriminen a nadie, es la educación del futuro. Recientemente participamos como AIEP en un webinar organizado por Vertebral-Oracle, donde la conclusión que se puede extraer es que esta década será una de revolución y renacimiento de la educación superior.

El término “figital” es un concepto que describe la combinación de experiencias físicas y digitales, que se complementan entre sí para ofrecer al consumidor un servicio único e integrado. Y en la educación ya se está acuñando hace un tiempo y suena con más fuerza en la coyuntura actual. En mi opinión, la educación superior será mucho más flexible, digital, remota e híbrida, que combinará lo mejor de lo presencial y lo mejor de lo online a través de distintos formatos de programas de estudios, es decir, mediante combinación de jornadas, modalidades y programación lectiva.

Existe una necesidad urgente de las Instituciones de Educación Superior (IES) de implementar la educación remota gracias a las tecnologías disponibles, logrando prestar el servicio educacional que de paso mitigará la deserción estudiantil. El panorama es claro. Hace diez años había 12 instituciones de educación superior (IES) que ofrecían programas en modalidad online (solo tres universidades) y en 2020 ya eran 26 (y diez universidades). Hace diez años había una matrícula online total de casi 6.100 estudiantes y en 2020 llegó a los 52.500. Hace diez años la matrícula online total representaba un 0,6% de la matrícula total de pregrado y en 2020 llegó a representar un 4,6%.

Las IES ya asumieron que el proceso formativo se puede potenciar gracias a la incorporación de las Tecnologías de la Información y Comunicación (TIC). Hoy se puede aprovechar mejor la tenencia de dispositivos tecnológicos por parte de los estudiantes y docentes, así como sus conocimientos y habilidades previas. El mundo es cada vez más interconectado gracias a Internet. El trabajo remoto y en red ya es una realidad por lo que las IES no pueden desconocerlo y están obligadas a actualizarse y modernizar sus programas de estudio. No podemos ofrecerles la misma educación superior, que se ha mantenido casi intacta por más de 10 años, a los niños, jóvenes y adultos del futuro.

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