Autoevaluación regular

¿Cómo funciona regularmente la autoevaluación institucional?

El desarrollo institucional ha puesto foco en la instalación de una cultura de calidad como eje del desarrollo. En tal sentido, en el periodo 2007-2012 se creó y consolidó el Modelo de Autoevaluación Institucional que levanta información relevante a partir de un sistema integrado de evaluaciones que se aplican sistemáticamente de manera semestral y/o anual. Destacan: Encuesta de Satisfacción Estudiantil, Evaluación docente en 360º (que incluye la autoevaluación del docente, la evaluación del Director de Carrera, la evaluación de un par y los resultados de la Encuesta de Satisfacción Estudiantil en lo que corresponde a docencia), Encuesta de Evaluación del Desempeño del Personal Administrativo, Encuesta de Caracterización Estudiantil de Primer año, Encuesta de Egresados y Encuesta de Empleadores. Todas estas mediciones dialogan entre sí, lo que permite tener una visión panorámica del funcionamiento institucional.

El Modelo de Autoevaluación ha permitido establecer una lógica permanente de reflexión sobre el quehacer institucional. Desde esa perspectiva, cada unidad ha consolidado la orientación hacia resultados como organizadora de su gestión, de manera que la planificación y cuentas anuales responden a la concreción de logros específicos de acuerdo al área de gestión pertinente.

En términos generales y sobre la base de la planificación, el análisis de la Institución y los ajustes efectuados en los últimos cincos años, el Instituto ha logrado:

  • Funcionar de acuerdo a un trazado estratégico de largo plazo.
  • Crecer con responsabilidad financiera y sustentar el proyecto institucional.
  • Mejorar sostenidamente en términos de recursos materiales e infraestructura.
  • Consolidar una cultura de calidad, evaluación y autoaprendizaje en lo institucional y docente.
  • Profesionalizar la gestión general.
  • Sistematizar los procesos académicos, administrativos y financieros, registrándose la misma calidad en ambas Sedes.
  • Asimismo, la lógica de la Acreditación Institucional, que se instala como mecanismo de verificación de calidad de la Educación Superior chilena, ha contribuido a incorporar variables de análisis que fortalecen el funcionamiento institucional.