Carlos Araya, docente de la Escuela de Cine y Audiovisual, se llevó el galardón en la categoría Largometraje Chileno, con su película “El que baila pasa”.
“Para mí el Festival Internacional de Cine de Valdivia ha sido muy importante dentro de mi biografía, voy al festival desde que soy estudiante, antes como espectador y luego como participante y nunca me había ganado nada, hasta hoy”.
“Durante las primeras semanas del estallido, internet se saturó de videos hechos con celulares y me lancé a recolectar este material de forma impulsiva, sin saber muy bien por qué ni para qué, pura guata”, expresa Araya.
En el largometraje se intenta condensar la contradicción chilena, donde el ánimo celebratorio está a un reggaetón de la violencia, la necesidad de tirar chistes para soportar la tragedia o poner boleros cuando se está riendo. “En esa búsqueda de tratar de mirar estas situaciones reales desde otro lugar apareció la idea de ‘El que baila pasa’ como una frontera sobrenatural que debía cruzar el protagonista que viene del más allá, para llegar a Chile”, indica.
“El que baila pasa” recibe ese nombre por la actividad que se desarrolló durante ese periodo, una forma de protesta que, para el docente , cristalizó una sensación general y que, de alguna manera, convocaba a todos y obligaba a ser parte de una u otra forma.
Población Flotante
Carlos Araya no solo fue premiado por “El que baila pasa”, sino que sorprendió con un segundo premio, pues también ganó en la sección de industrias Encuentros Australes de Primer Corte, con su proyecto “Población Flotante”.
“Nos ganamos ese premio, el cual es un aporte para poder terminar la película, ya que se encuentra en un primer armado, no está terminada. ´Población Flotante´ es una película que aborda a diferentes pasajeros que están en distintos rincones de Chile que viven su día a día, y me interesan mucho sus viajes físicos, pero también sus viajes virtuales. Meternos en los celulares de esas personas, por ejemplo”, comenta.
Para Carlos, los premios y el éxito son algo pasajero. “Es lindo ganar, es un reconocimiento a un trabajo bien hecho, pero queda ahí, hay que tomarlo con mesura y seguir trabajando, evitando caer en lo mismo, no quedarse en la zona de confort y en cada nueva producción desafiarse”.