Darío Burotto es historiador del arte y uno de los docentes que más años ha permanecido en el Instituto. En este tiempo, conoció al fotógrafo y también profesor Elías Lizama, quien lamentablemente sufrió una repentina muerte esta semana. Como homenaje a su partida, el director del área de Formación General del Instituto, lo recuerda con sentidas palabras.
El velatorio del ex docente se realiza en Los Ombúes Oriente 6114, Altos de la Arboleda en Peñalolén, hasta el mediodía de hoy, mientras sus funerales son a las 16:00 horas en el cinerario del Parque del Recuerdo de Recoleta.
“Conocí a Elías a fines de los noventas, en ARCOS de Campo de Deportes, Ñuñoa, que era un espacio pequeño, acogedor y que estimulaba el encuentro y conversaciones entre profesores y estudiantes.
Me llamó la atención el hecho que Elías había desarrollado una importante obra fotográfica política, lo que lo había puesto en su momento en el ojo vigilante de la dictadura. Eso no lo doblegó y siempre mostró una consecuencia política a toda prueba, lo que hasta el día de hoy motiva mis respetos hacia él.
Como profesor, Elías siempre se destacó por su preocupación hacia sus estudiantes, que excedía el aula. Era exigente, es cierto, pues buscaba promover el respeto por el oficio fotográfico en sus estudiantes, transmitiendo lo importante que es la disciplina, el trabajo y la investigación permanente, en un oficio que él consideraba que requería un compromiso de vida.
Pero, aunque era exigente, también fue un hombre generoso. Siempre dispuesto a ayudar a sus estudiantes, a responder sus preguntas, incluso a compartir sus equipos. Amaba la fotografía y la docencia, y ese amor y respeto por el oficio lo transmitía a sus estudiantes.
También tenía un notable sentido del humor, a veces, bastante negro. Recuerdo reírme mucho con él y también reírme cuando se hacía el enojado con sus estudiantes para estimularlos, y luego terminar con una carcajada esa actuación.
Una anécdota se me viene a la memoria. Recuerdo que lo recomendé para hacer clases en la Escuela de Cine de Chile, donde el director académico era Miguel Ángel Vidaurre, hoy director de la Escuela de Cine y Audiovisual de ARCOS. Asumió el curso en un lugar donde los/as estudiantes tenían un perfil muy distinto a los/as de ARCOS. Duró muy poco y abandonó el curso indignado: “no estoy dispuesto a perder el tiempo con cabros pitucos y flojos como estos”, expresó. Para mí fue muy chistoso todo, pero me reafirmó su actitud de profundo respeto a la práctica fotográfica, que merecía seriedad y compromiso.
Se fue un gran profesor, que en gran medida encarnaba el ADN de los/as docentes históricos/as de ARCOS. Esos que asumen que su labor no se acaba en el aula, sino que son capaces de dar de su tiempo personal a todo estudiante que lo requiera. Se fue un amigo generoso, gran conversador y con la talla a flor de labios. Se fue el fotógrafo preocupado por la contingencia, por la justicia social. Se nos fue una gran persona”.
Darío Burotto
Director del Área de Formación General
I.P. ARCOS