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LA OTRA MITAD DEL MEDIO AMBIENTE

Fotografía por Luis Dalvan (pexels.com)

Cuando era niño me hacía muchas preguntas que creía interesantes, pero ninguna como la que me hizo mi sobrino Isaac el fin de semana pasado —Tío Miguel ¿Dónde está la otra mitad del medio ambiente?— En ese momento la verdad no supe que responder; lo miraba fijamente sin hallar cómo nutrir esa curiosidad. Quería decirle algo lógico, positivo, con sentido, quería compartirle una idea que diera esperanzas, en especial porque cuando tocamos estos temas nos sentimos culpables y arrepentidos por lo que hemos hecho —o dejado de hacer— como especie humana.

En el Día Mundial de Medio Ambiente quiero ofrecer un sentido homenaje a todas las personas que de alguna u otra forma hacen posible el existir en un ambiente más saludable, limpio, grato, bueno y feliz. Al mismo tiempo, y sin prejuicio de lo anterior, quiero decir a mi sobrino que la otra mitad del medio ambiente está en él mismo, en mí, en ustedes y en todos los seres que cohabitamos este hermoso paraíso.

Ahora, si la pregunta es —¿Cómo está el medio ambiente?— podemos decir que no tan bien, pero sí mejorando, en virtud de continuos esfuerzos que hacen múltiples actores y entes gubernamentales. Con base en el último Informe sobre el Estado del Medio Ambiente en Chile (Ministerio del Medio Ambiente, 2020), podemos decir que experimentamos una sequía por más de una década, en especial en la zona central; la escasez hídrica ante la alta demanda y diversas presiones nos tiene en jaque.

La aceleración en el cambio del clima nos hace un país más cálido; hoy son más frecuentes las olas de calor, los temporales, las inundaciones, los incendios forestales y las marejadas. Todo esto genera impactos en la población y entorno. En enero de 2020 Chile inició la tramitación del proyecto de Ley Marco de Cambio Climático que establece como meta general alcanzar la carbono neutralidad en 2050.

Nuestros residuos representan un desafío que ha estado en el foco de las políticas ambientales de los últimos años. Destacan las iniciativas por avanzar hacia una economía circular, es decir, un modelo de producción y consumo que implica compartir, reutilizar, reparar, restaurar y reciclar materiales y productos existentes el mayor tiempo posible, prolongando su ciclo de vida.

La diversidad de la vida provee distintos servicios ecosistémicos y beneficios a las personas; la conservación de especies y ecosistemas es esencial para el planeta. Ante la serie de presiones humanas sobre el ecosistema se despliegan hoy diversas iniciativas como el fortalecimiento del sistema de áreas marinas protegidas, el Proyecto de Ley que crea el Servicio de Biodiversidad y Áreas Protegidas, el Plan Nacional de Conservación de Humedales y los Planes de Recuperación, Conservación y Gestión de Especies.

Diversos estudios indican que las concentraciones de ciertos contaminantes atmosféricos (dióxido de azufre, óxido de nitrógeno, entre otros) podrían incidir en enfermedades cardiorrespiratorias y otros impactos en la salud de las personas, además de efectos dañinos sobre la flora y fauna. La calidad del aire es uno de los desafíos más importantes para la sociedad actual; las problemáticas en esta materia se vienen abordando mediante normas de emisión, normas de calidad ambiental y planes de prevención y descontaminación. Así mismo contamos con el Sistema de Información Nacional de Calidad del Aire que hace monitoreo permanente, el Programa de calefacción sustentable y tecnologías limpias, y los Instrumentos Económicos como los impuestos verdes a las fuentes fijas y móviles.

Más allá de las políticas, normas y acuerdos jurídicos, quiero manifestar con mucho ímpetu que lo trascendental y sublime de lo que podemos hacer por un ambiente sano está en nosotros como personas en lo individual y colectivo. La construcción de una verdadera cultura que comprenda, respete y valore las diversas formas de vida y su entorno físico y etéreo es, sin duda, hoy en día la clave para transitar hacia una regeneración multidimensional y holística del ser y del hacer en su oikos, en el hogar, en nuestra morada azul. En este sentido, pienso que la educación es un articulador estratégico que no sólo facilita y empuja hacia ese transitar, sino que además nos ayuda a transformarnos en la mejor versión como terrícolas y eternos viajeros cósmicos ¡Que sea este un maravilloso Día del Medio Ambiente!

Miguel Moreno Bonilla
Biólogo & Magíster en Economía Ambiental y Recursos Naturales
Coordinador Escuela de Territorio y Sustentabilidad, I.P. ARCOS.