Cuando pensamos en cine, inmediatamente visualizamos grandes filmes y altos presupuestos, sin embargo, la historia del cine y el audiovisual está repleta de diversos formatos y obras excéntricas que han permitido evolucionar su lenguaje, ampliando sus públicos, tecnologías y temáticas. Las épocas de crisis son clave en estos cambios; por ejemplo, el fin de la segunda guerra mundial provocó la masificación de equipos de filmación de fácil uso y a disposición del publico general. Gracias a esto, emergió en diversos países un tipo de cine de tipo doméstico, documental y experimental, abriendo las puertas a formas de expresión distintas a las de la gran industria.
La pandemia y sus consecuencias nos ha obligado a replantearnos lo que podemos hacer y los medios que tenemos para hacerlo, pero también a reconsiderar nuestra propia identidad como creadores de imágenes en una globalización violenta y homogeneizadora. De una manera extraña, nos vimos enfrentados a condiciones similares a las del resto del mundo.
Desde el encierro y la cuarentena, de alguna manera somos parecidos técnicamente a los países industrializados y debemos aprovechar esa situación, no solo para continuar creando, sino también para encontrar nuevas estrategias de creación y producción que se adhieran de manera cómoda a nuestra forma de ser, pensar y crear.
La pandemia y la cuarentena nos ha golpeado con fuerza por más de un año. En principio cualquier intento de estudiar o crear en al área del cine o el audiovisual en nuestro país se presentaba como algo imposible o simplemente frívolo, ante los acontecimientos trágicos, el encierro, la no presencialidad y la falta de recursos.
Sin embargo, la comunidad ARCOS ha respondido de manera activa y efectiva ante este momento. En lugar de caer en el silencio y la inactividad, estudiantes y profesores/as han establecido nuevos pactos de trabajo, en donde lo doméstico y lo precario se han convertido en espacios de creatividad e investigación artística.
La Escuela de Cine y Audiovisual ARCOS celebra este Día del Cine desde la precariedad y lo doméstico, desde los trabajos con vuestros celulares y utilizar a sus familiares como actores. La pandemia no solo nos ha limitado en los procesos de estudio y creativo, sino a su vez nos ha permitido desarrollar estrategias de creación alternativa que quizás nunca habríamos considerado en situaciones normales.
Estamos trabajando con lo que tenemos a mano, con dispositivos de uso cotidiano, con archivos, reciclando materiales, reinventando los géneros y los roles. Este contexto no solo nos ha perjudicado sino también ha sacado a la superficie capacidades que no reconocíamos en nosotros mismos. Celebremos con pudor este Día del Cine, pues hay muchos entre ustedes y nuestros amigos que han sufrido en estos meses, pero también seamos capaces de tomar conciencia que nuestras limitaciones técnicas y de producción pueden ser nuestra forma de comenzar a realizar obras desde una nueva mirada, y ser la base de nuestra identidad como escuela.
Miguel Ángel Vidaurre Ferrada
Licenciado en Estética, Pontificia Universidad Católica de Chile.
Magíster (©) en Historia y Teoría del Arte en la Universidad Chile.
Doctor (©) en Educación, Universidad Academia de Humanismo Cristiano
Docente a cargo de Taller de Ficción I, Taller de Título y estilos artísticos en ARCOS.