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CHILE Y EL TURISMO DE MONTAÑA

Solemos tener la idea que el turismo de montaña hace alusión a las actividades que son factibles de realizar en un entorno montañoso, principalmente los tradicionales esquí y andinismo en la alta montaña. Con esta concepción olvidamos que el turismo de montaña “surge a través de la hidroterapia y la contemplación de espacios agrestes” (Barrado y Calabuig, 2014) aportando un sinnúmero de otras actividades a realizar, tales como las relacionadas con la media montaña: senderismo, escalada, rafting, observación de flora y fauna, entre otras. Por esta razón, es que el turismo de montaña suele ser un eco del turismo aventura.

Chile, en este aspecto, tiene mucho que decir. Tomemos sólo dos ejemplos. Primero, según el Diagnóstico Nacional de Montaña-Chile, FAO del año 2012, se estima que el porcentaje de territorio chileno conformado por montañas es del 63,8%, además de 4000 km de montaña con cumbres que incluso superan los 6 mil metros de altitud. Volcanes, termalismo, paisajes increíbles, rastros geológicos de la formación del planeta, centros de esquí, ríos torrentosos, eventos geomorfológicos, entre otros, son algunas de las características que la montaña chilena ofrece. No obstante, la sola disponibilidad de una enorme cordillera o sistema montañoso no es una condicionante para el desarrollo de un turismo de montaña. Aun así, según el anuario de Sernatur del año 2015, un 21,2% de las actividades realizadas por turistas extranjeros en Chile se relacionaban con actividades recreativas y deportivas de montaña y nieve.

Segundo, según los Word Travel Award (https://www.worldtravelawards.com/) Chile ha sido elegido como el mejor destino de Turismo aventura de Sudamérica desde el año 2015 al 2019, mientras que desde 2016 al 2019 ostenta el reconocimiento de ser el mejor destino de Turismo aventura del mundo. Interesante sería cuestionarnos en este punto si en Chile se utiliza la montaña como soporte de actividades turísticas o si la montaña es el foco de este turismo. Iniciativas como Geoturismo Chile, Turismo Minero Patrimonial en Lota y el Cajón del Maipo, así como el impulso de la Subsecretaría de Turismo al turismo minero en la Región de Atacama son algunas iniciativas que pretenden cambiar el enfoque.

La Montaña suele ser objeto de medidas de fomento, conservación y preservación que estimulan formas sostenibles de turismo. Algunos ejemplos de ello son el Geoparque Kutralcura, Parque Nacional Torres del Paine, Parque Nacional Lauca, Reserva Biológica Huilo Huilo, entre otros. Conocidas son las promociones frente a la creación del primer Parque Nacional en San José de Maipo y el Geoparque Cajón del Maipo. De este modo, el turismo de montaña sostenible abarca tres componentes básicos: conservación de los recursos naturales de los que depende el turismo; mejoramiento de la calidad de vida de la población local; y cultivo de la satisfacción del visitante (Nepal, 2002).

Chile, con una ventaja comparativa innegable frente a otros países y con buenos resultados internacionales en términos de su gestión en el turismo aventura, no debe desentender la importancia del turismo de montaña sostenible como elemento vital del futuro del turismo nacional toda vez que tradicionalmente la cultura chilena se vuelca hacia las montañas: presencia ineludible de la cordillera de los Andes en los paisajes coloniales, los volcanes del sur de Chile con sus apacibles lagos o como nuestro Instituto Profesional ARCOS y su Escuela de Territorio y Sustentabilidad que se sitúa con sus Carreras de Turismo Sustentable y Gestión y Producción de Eventos en los faldeos andinos de la comuna de Peñalolén en Santiago y en las cercanías de los siempre cautivantes “cerros de Valparaíso” (antiguas terrazas marinas modeladas por la erosión fluvial) en la sede de Viña del Mar.

Alexis Roberto Maldonado Araya
Licenciado en Geografía – Geógrafo
Docente de la carrera de Turismo Sustentable
Escuela de Territorio y Sustentabilidad
Instituto Profesional ARCOS